Madre del Cielo, te doy las gracias por mi vida, por el aire que respiro cada momento del día, por cada latir de mi corazón que bombea el amor por mi cuerpo, por cada emoción de mis chacras que me abren la consciencia,
Madre del Cielo, te pido que me ayudes a sentir siempre tu presencia, que no dejes que me distraiga y te olvide, porque sin ti me pierdo. Te pido también madre mía, que ilumines con fuerza mi mente, para que me permita llevar una vida sencilla.
Madre del Cielo, porque ya siento tu amor y tu sonrisa, que me elevan hasta el mismísimo cielo, que me preparan para fundirme contigo, porque esta vida en ti, es el paraíso.
Madre del cielo, que me rodeas de ti en la Naturaleza, iluminas mi techo con las estrellas de la noche, decoras con arco iris los días de lluvia y tiñes de rosa las nubes al atardecer.
Ni un solo día de mi vida he pasado hambre y sin embargo temo la necesidad, nunca te has alejado y sin embargo me aterra tu ausencia, jamas me ha faltado el aire y sin embargo me da miedo la muerte, dame tu luz y tu fuerza para que deje de preocuparme, solo quiero ser feliz, y eso ocurre cuando te encuentro.
Madre del Cielo, cuando te encuentro, cantan los pájaros en el cielo, susurran los arboles cuando les toca el viento, la hierba adquiere un verde intenso, y cada persona de mi vida, es un regalo que me enseña, me ayuda o me apoya. Cuando te encuentro, la experiencia de vida es como un río que fluye, que se adapta al cauce y al relieve, sin queja y sin problema, con la alegría y el borboteo de sus aguas, como una canción. Tu haces sonar la melodía, tu me susurras la letra y yo la bailo hasta el final de mis días.
GRACIAS. GRACIAS. GRACIAS