El ejercicio moderado es uno de los hábitos más recomendables para la salud. Los movimientos suaves y rítmicos de una caminata permiten mover una gran cantidad de músculos de nuestro cuerpo sin llegar a significar un esfuerzo considerable para el corazón. Está comprobado que caminar 30 minutos al día, regula la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y de colesterol. Pero cuando estudiamos el cuerpo de energía sabemos también que caminar diariamente en zonas arboladas durante media hora nos permite desplazar la energía vital de nuestro cuerpo manteniendo así el equilibrio entre voltaje y amperaje en nuestro organismo propio en un estado de salud, además de renovar dicha energía vital, lo cual mejora la autoestima, y ayuda a eliminar la ansiedad, la angustia y la depresión.
Lo ideal es caminar con marcha en contacto con la tierra en zonas arboladas, pero si hay dificultades, se recomienda estar en contacto con la naturaleza al menos una vez a la semana, y luego realizar nuestro ejercicio donde podamos. Bajar una parada antes del autobús o metro para caminar por la ciudad asfaltada será suficiente si antes hemos visitado algún parque o jardín.
Si además nos gusta correr, es bueno saber que se liberan energías residuales que producen sensación de cansancio, apatía y abulia. Para esto es suficiente con un ritmo de trote, pero si prefieres correr rápidamente comprobaras que también eliminas cargas emocionales que condicionan y limitan nuestras conductas.
Algo apropiado por tanto sería caminar 10 minutos, trotar otros 10 minutos y correr otros 10 minutos, de esta forma obtendrás todos los beneficios.