En cierto momento de nuestras vidas vamos a alcanzar un estado de consciencia con el cual se hace evidente que existe un mundo enorme y maravilloso más allá de lo que nuestros órganos de los sentidos perciben.

Vamos a comenzar a darle importancia a esa Voz interior, que siempre estuvo ahí llena de buenas ideas, pero que habitualmente ignorábamos. Al fin escucharemos a nuestro Guía. Sabremos que nuestra vida tiene un sentido que se encuentra más allá de esta vida. Que la justicia, la paz y la confianza se alcanzan cuando contemplas tu existencia como un solo capítulo y no como la historia completa.

Llegará un día en el que dejaremos de pedir, y nos pondremos a disposición, un día en el que cambiaremos de bando, pasaremos de ser los ayudados a ser los que ayudan. Un día en el que el corazón se llenará de agradecimiento por el aire que respiras y la belleza de la flor.

Contemplaremos el planeta maravillándonos del paraíso que se nos dio y nos llenaremos de ilusión y plenitud para recuperarlo y cuidarlo. Como el niño que rompió su juguete y aprende a valorarlo, así la humanidad descuida su hogar, destruye sus recursos y aprende a valorarlos cuando estos escasean.

Llegará el tiempo en el que dejaremos de compadecernos por lo que no tiene remedio y nos enfocaremos en resolver. Llegará el tiempo en el que ya no nos preocuparemos más por lo que todavía no ha sucedido y proyectaremos un nuevo camino. Un tiempo en el que nos cuidaremos y viviremos en salud, un tiempo en el que estar sano, no sea no estar enfermo, sino que la salud refleje totalmente un estado de armonía y equilibrio en cuerpo, mente y emociones.

Nos daremos cuenta que llevamos toda la vida viviendo experiencias que nos convierten en esa persona que un día realizará el cambio.

Ese día es hoy, creelo, crealo.